lunes, 12 de diciembre de 2011

Dormir con las palabras adecuadas

Decidió salir sin dinero. Estaba prohibido dormir en la calle. Jimmy no quería dormir esa noche en casa, había decidido cumplir su objetivo: descansar fuera sin cruzar los límites de la legalidad. Meditó un rato mientras paseaba por calles que conocía bien y forjó su plan. Se sentaría en un banco y se quedaría dormido involuntariamente. Le resultaría difícil, puesto que estaba decidiendo no decidir. Eligió un banco cuando empezaba a anochecer y se durmió profundamente. Era importante que permaneciese sentado ya que a eso no se lo considera dormir, sino echar una cabezada. Pero amaneció tumbado en el banco.
Un policía le despertó. Señor, no puede usted dormir aquí. Vaya, disculpe, me he quedado dormido, no sabe cuanto le agradezco que me haya despertado, se me hace tarde. No se preocupe, le dijo el policía, tenga un buen día.
El guardia se dirigió a otro banco donde yacía un vagabundo que no supo elegir las palabras adecuadas.