jueves, 29 de diciembre de 2011

Trigo limpio

Resulta que estas dos primeras palabras sobran. No sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal. Jimmy le habría pegado un puñetazo a ese tipo. No era trigo limpio.
Nada sabía Jimmy de la limpieza de los cereales, pero una y otra vez la expresión volvía a su cabeza. Ese tipo no es trigo limpio. ¿Por qué pienso eso? Se repetía Jimmy. Tantas vueltas le dio a la expresión que se olvidó del tipo en cuestión.
Decidió acudir a un especialista. Jimmy era resuelto, pero sabía reconocer cuándo necesitaba ayuda. No sé, dijo Jimmy al especialista, por qué utilizo la expresión “no es trigo limpio”. Nunca antes lo había hecho y desconozco las características de ese cereal.
El especialista parecía despreocupado. A usted no le pasa nada, le dijo. Jimmy respiró tranquilo. Pero unos segundos después la inquietud le envolvió. ¿Cómo lo sabe? ¿Usted me conoce?
No, pero parece trigo limpio.
Jimmy se desmoronó. Esa misma tarde iría a hablar con un agricultor.