viernes, 4 de octubre de 2013

Y voló

Había un gorrión en el suelo. Parecía igual de listo que gordo. Además, cuanto más se acercaba Jimmy, más gordo parecía el gorrión. Se sintió perseguido y dio unos pequeños saltos. Jimmy se acercó más despacio, como si fuera un gato con intención de cazar. El último movimiento de Jimmy fue rápido y lo cazó. Le daba cosa apretar, así que mantuvo holgado el nido en el que se habían convertido sus manos. El gorrión ladeó la cabeza hacia arriba y miró a Jimmy. Después contuvo la respiración y en milésimas de segundo se adelgazó y salió volando. Jimmy miró su nido vacío sin atreverse a deshacerlo.
De hecho, lo mantuvo mientras escuchaba lo que le decía un viejo tras él. Parecen gordos, pero no lo son, le dijo. Son muy listos. ¿Sabes a qué se dedicaba el gorrión justo antes de que tú lo cogieras? A qué, preguntó Jimmy. El viejo señaló la tierra a sus pies con su bastón. Lo ha hecho todo con el pico, le dijo.
Jimmy miró donde señalaba el viejo. En la tierra ponía “ja, ja, ja”, con sus respectivas comas.

jueves, 25 de julio de 2013

Jimmy, su abuelo y el cartel de las fiestas

El abuelo de Jimmy tenía cataratas en un ojo. Jimmy lo acompañó al hospital de su pueblo y allí le dijeron que le operarían, pero que sería dentro de un año, porque la lista de espera era muy larga. Jimmy, le dijo “mira yayo, si quieres vamos a esa clínica, que te operarán mañana”. El abuelo le respondió “pues claro, Jimmy” a su nieto y añadió “que veo, pero mal”.
Cataratas fuera, el abuelo de Jimmy veía súper bien, tanto que divisó un cartel a 100 metros de distancia y exclamó “caramba, Jimmy, no jodas que ese es el cartel de las fiestas de mi pueblo”. El nieto se acercó y le dijo dos cosas:
1.    Yayo, no jures.
2.    “ostras, pues sí”.
“Han cascau una lazada pero maja, Jimmy, e incluye una foto del hospital donde me hubieran operado lo que la lista de espera habría convertido en las Cataratas del Niágara. Pero no me quejo, lo público, sea como sea hay que defenderlo”. “Pues te han operado el ojo en la privada”. “Ssscht, Jimmy, que esa palabra es muy fea”.
“Yayo”. “Qué”. “Privatizar”. “Jimmy, me estás preocupando, a ver si resulta que vas con gente que trabaja para la privada”.
“Yayo”. “Qué”. “Olvidemos nuestras diferencias y centrémonos en el cartel”.
Y así, abuelo y nieto  iniciaron juntos el análisis de las formas gráficas de aquel cartel para buscar en convivencia su relación con las fiestas de su pueblo. Todavía siguen ahí, delante del cartel, reflexionando.