jueves, 25 de julio de 2013

Jimmy, su abuelo y el cartel de las fiestas

El abuelo de Jimmy tenía cataratas en un ojo. Jimmy lo acompañó al hospital de su pueblo y allí le dijeron que le operarían, pero que sería dentro de un año, porque la lista de espera era muy larga. Jimmy, le dijo “mira yayo, si quieres vamos a esa clínica, que te operarán mañana”. El abuelo le respondió “pues claro, Jimmy” a su nieto y añadió “que veo, pero mal”.
Cataratas fuera, el abuelo de Jimmy veía súper bien, tanto que divisó un cartel a 100 metros de distancia y exclamó “caramba, Jimmy, no jodas que ese es el cartel de las fiestas de mi pueblo”. El nieto se acercó y le dijo dos cosas:
1.    Yayo, no jures.
2.    “ostras, pues sí”.
“Han cascau una lazada pero maja, Jimmy, e incluye una foto del hospital donde me hubieran operado lo que la lista de espera habría convertido en las Cataratas del Niágara. Pero no me quejo, lo público, sea como sea hay que defenderlo”. “Pues te han operado el ojo en la privada”. “Ssscht, Jimmy, que esa palabra es muy fea”.
“Yayo”. “Qué”. “Privatizar”. “Jimmy, me estás preocupando, a ver si resulta que vas con gente que trabaja para la privada”.
“Yayo”. “Qué”. “Olvidemos nuestras diferencias y centrémonos en el cartel”.
Y así, abuelo y nieto  iniciaron juntos el análisis de las formas gráficas de aquel cartel para buscar en convivencia su relación con las fiestas de su pueblo. Todavía siguen ahí, delante del cartel, reflexionando.