domingo, 4 de diciembre de 2011

No es religión, es instinto

Jimmy no era religioso. Una pena. Debía enfrentarse el mismo a lo desconocido. Llevar una navaja en el bolsillo le ayudaba. Nunca había hecho daño a nadie, tampoco sabía si podría hacerlo. No se conocía hasta ese punto. Siempre que tenía oportunidad sacaba la navaja para cortar fruta o para rasgar el tallo de alguna celedonia y frotarse con su jugo heridas imperceptibles. Le gustaba practicar estas aficiones en ambientes motivadores: un mercado repleto de gente, un supermercado o cerca de delincuentes esbrafados por el espíritu navideño.
Si estaba solo, pensaba que le observaban los espíritus. No era religioso, pero estaba lleno de supersticiones. Eso era algo que lo había elegido a él. No tenía nada que ver con sus principios, por más que tocase madera suplicando que esas manías se sometiesen a su voluntad.
Se tranquilizaba llamándolo instinto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe lo que te apetezca