domingo, 18 de diciembre de 2011

Vísceras entrañables

Jimmy la llamaba la "técnica del buitrón". Así como los buitres entrañaban en presas ajenas, los ladrones perforaban un tabique para llegar hasta el habitáculo donde se encontraba su botín. Si bien Jimmy no veía ternura alguna en la estrategia de robo, las maneras de los buitres le parecían entrañables.
La sangre y las vísceras le mareaban, pero lo que le fascinaba era cómo las interioridades de un animal pasaban a otro.
Las entrañas seguirían siendo entrañas.
También le encantaba a Jimmy el plumaje del cuello de los buitres, algo que Dios o no se sabe quién les había colocado ahí para evitar infecciones cuando introducían su cabeza pelada en el animal. Jimmy estuvo unos meses paseándose con un fular a modo de cuello de buitre. Nunca introdujo la cabeza en ningún sitio, aunque siempre le gustó saber de los demás.

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